martes, 29 de junio de 2010

Maraton man


Murakami es un tipo extraño. Sus novelas transitan por la delgada línea roja que separa nuestra realidad de la de otros mundos. Un escritor obsesivo y metódico dueño de una prosa bastante personal. Su último libro, De qué hablo cuando hablo de correr (Tusquets), título de eminentes reminiscencias Carverianas, se aleja de la ficción para reunir en una especie de memorias su pasión por el atletismo o, más concretamente, por el mero hecho de correr. Hace un par de décadas, Murakami se propuso terminar una maraton reglamentaria (42.195 metros) todos los años de su vida sin jamás pararse a caminar ni un pequeño trecho de debilidad. Para lograrlo, se prepara a conciencia a diario, saliendo a correr decenas de kilómetros cada mañana. En "esa soledad del corredor de fondo", en esa lucha contra uno mismo y contra el paso del tiempo, Murakami ha descubierto una metáfora vital del proceso de creación y de su propia forma de entender el mundo. Un libro diferente, especialmente recomendado para los locos de la maraton (que son muchos más de los que la gente cree), pero en el que también se verán reflejados los amantes de otros deportes.
(por Daniel Entrialgo)

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