domingo, 28 de febrero de 2010

Porque no es buena idea comprar con ellas


Cuando eres pequeño, el universo de la moda pasa por un único juez: tu madre. Ella te compra la ropa y ella decide. Punto final. Te viste y desviste como al Kent de la Barbie, así que puedes aparecer por clase con jerséis picajosos de color amarillo limón o imposibles conjuntos invernales con verdugo de lana y pantalones cortos (¿por qué abrigar tanto a un niño la cabeza para luego dejarle las canillas al aire...? Misterio). Es ella quien dicta tu gusto. No le des más vueltas.
Más tarde, cuando el pimpollo empieza a dejar el nido, amigas, primas, hermanas mayores y primeras novias se empeñan en acompañarte de tiendas (aún te da vergüenza ir solo) y ejercer de personal shopper (lo llevan en la sangre). Es entonces cuando descubres el potencial desencuentro que hombres y mujeres sufren al comprar juntos. Agua y aceite. Noche y día. El Cobi frente a Naranjito. Dos concepciones distintas que son casi imposibles de conciliar. ¿Exagerado? Echa un vistazo a tu armario y reflexiona en voz alta . Quién si no ella te empujó a atreverte con ese chaleco de terciopelo brillante que todavía no has estrenado (uno de tus colegas simplemente lo vio y aún se está riendo). A ti te enloquece el color negro, pero ella siempre tuerce el morro y –tras un breve deambular por la tienda– regresa con algo estampado (“¿Pero es que alguna vez me has visto llevar algo encima con dibujos de cisnes volando?”). Somos vagos por naturaleza, esquivamos el conflicto, y preferimos cargar con el enésimo pantalón de pana (“Abriga mucho, hazme caso...”) que discutir por una buena chupa de cuero (“¡Huy qué cara! No te pega nada...”).
Prueba a comprar ropa solo. ¡Qué placer! Disfrutarás tanto yendo a tu aire como ese pescador solitario que tira el anzuelo y deja simplemente que el pez venga a él. Relaja y estimula al mismo tiempo. Es más, si tu hijo pequeño necesita ropa, da un paso adelante y rompe el monopolio del estrógeno: acompáñalo en alegre camaradería masculina y adiéstralo en sus primeras decisiones. Eso sí, no cometas el mismo viejo error: si le compras a tu pequeñín un jersey que pica, nunca te lo perdonará.
(por Daniel Entrialgo)


Este texto forma parte de la Guía Esquire del Shopping que este mes publicamos en la revista.

viernes, 26 de febrero de 2010

Tom Waits, la 'coz' cantante

Es famoso por su hostilidad hacia todo aquel que intente escarbar en el mito creado a su alrededor, no digamos ya en su intimidad. El último en sufrirlo en sus carnes con este Tom Waits. La coz cantante (Global Rhythm) ha sido el muy reputado periodista Barney Hoskyns –colaborador de Rolling Stone o Harper’s Bazaar–, con anécdotas como aquella en la que Waits escribió a los que habían colaborado en el proyecto (o iban a hacerlo), dejando claro que se tomaría como una agresión toda colaboración con Hoskyns. Cuando gente como Elvis Costello o Keith Richards se achanta, sabes que tratas con un tipo con muy malas pulgas. Aun así, el libro ha llegado a buen puerto y merece mucho la pena, tanto por la acumulación de anécdotas como por comprobar que Waits es en realidad un firme creyente en aquello de que “cuanto menos sepa de ti el público, más querrá conocerte”, que practica con éxito hace décadas Bob Dylan. Sea como sea, disfrútenlo.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Mis gafas son más grandes que las tuyas


Eso es lo que parece decirle Tom Ford, nuestra nueva portada de marzo, a las monturas de pasta de Elvis Presley (portada de nuestro número anterior). De gafas a gafas. La cosa tiene truco y no es óptico. El Esquire viene con talla XXL este mes, un formato excepcional que hace aún más grandes las gafas del diseñador tejano (casi dan ganas de quitárselas y ponérselas uno). El mes que viene volveremos a nuestro tamaño habitual. Ya nos contaréis qué os ha parecido este número especial "Cariño, he agrandado al Esquire".

martes, 23 de febrero de 2010

Guardiola en Sinaloa


Antes de tocar el cielo (y cantar el "Viva la vida" de Coldplay) en el banquillo del Barça, Pep Guardiola pasó cuatro meses en el infierno. En 2006, agotó sus últimos tragos como futbolista en las filas del Dorados de Sinaloa, en la ciudad de Culiacán, epicentro del México narco, masacrada por asesinatos, la droga y la corrupción (uno de los capítulos menos conocidos del actual técnico azulgrana). Esquire viajó hasta allí tras las huellas del mejor entrenador del planeta. Queríamos saber qué carajo le había llevado hasta uno de los lugares más peligrosos de toda América. Hemos hablado con su chófer personal, con sus compañeros; hemos visitado el cutre-vestuario donde se cambiaba y el presunto hotel de lujo donde vivió. Todas las claves de Guardiola en Sinaloa (quesadillas, fútbol y narco corrridos) este mes en Esquire.

domingo, 21 de febrero de 2010

Temas para animar un guateque



The Brian Setzer Orchestra, "
Americano" .- Quizá no tenga el encanto napolitano del original de Carosone, ni el ex Stray Cats sea tan guapo como Jude Law (que la cantaba en "El talento de Mister Ripley"), pero su bombástica relectura swing tiene más graduación que una botella de sambuca.

La Lupe, "
Fever".- "Gurruvi, bei gurruvi" (o sea, "groovy, baby groovy"), suelta entre risotadas La Lupe, una pequeña bomba latina que incendia "Fever", un tema que cantaron Elvis Presley o Peggy Lee, a los que la fiera cubana hace parecer sosos amateurs de karaoke con su versión en spanglis.

Outkast, "Hey Ya!".- Son un grupo de hip-hop, pero este tema es más bien... indescriptible; un batiburrillo de géneros marcados por una arrolladora vitalidad y por instrucciones tan absurdas y efectivas como la de "agitarse como una foto Polaroid". Una canción para desmadrarse.

(Puedes leer El Ránking completo, seleccionado por Darío Manrique, en la edición papel de nuestro número de marzo, ya a la venta)

Si tienes Spotify, puedes escuchar los temas de esta selección pinchando aquí.

El alma de Eli 'Paperboy' Reed


De lo mejor que hemos escuchado en los últimos tiempos. Puro soul en el sentido más estricto de la palabra. Aquí te dejamos algunos de los extractos de la entrevista que Esquire le hizo en su última visita a Madrid.

ESQUIRE: Lo cierto es que estás en un momento muy especial de tu carrera. Has pasado de ser un artista minoritario a ser una de las grandes apuestas de una multinacional...

ELI PAPERBOY REED: [Suspiro] Eso me dice últimamente todo el mundo, pero intento no tomármelo en serio.

ESQ: ¿Y los piropos de la crítica? “El nuevo rey del soul”, “El chico blanco con la voz más negra de la Historia”, “La esperanza del Sur”...

EPR: Igual. Además sé que a todos les gusta apoyar a un outsider, pero yo ya no lo soy, así que las malas críticas llegarán. Seguro.

ESQ: Bueno, también hay gente que dice que no haces nada nuevo. ¿Qué piensas de eso?

EPR: Mejor me callo... Seguro que son los que dicen que “ya no hay música como la de antes”. Lo que sé es que hago mis propias canciones y que nadie en el mundo suena como nosotros. No digo mejor o peor, digo “como” nosotros.

ESQ: ¿Ni siquiera Mayer Hawthorne? Mucha gente os mete en el mismo saco...

EPR: ¿Por ser blancos? La gente se queda en lo fácil, pero no tenemos nada que ver.

ESQ: ¿En qué momento te diste cuenta de que llegarías a ser cantante profesional?

EPR: Probablemente cuando grabé mi primer disco... ¿Sabes? Pensando en aquella época me doy cuenta de que era un poco naïve [risas].Aunque también muy determinado, sin duda.

ESQ: Te lo digo porque las posibilidades al ser judío, blanco y de Boston eran remotas, ¿no?

EPR: Entiendo que me hagas esa pregunta, pero... [silencio incómodo] Lo siento, pero me enferma que la gente mezcle religión y raza con la música. Para mí es todo cultura, así que sólo me vale lo de Boston, pero viví un tiempo en el Sur, así que... No estoy menos cualificado que nadie para cantar esta música.

ESQ: Pero es algo que existe ahí fuera...

EPR: De acuerdo, pero no deja de ser frustante. Por ejemplo, la música de Mayer Hawthorne me suena poco honesta, falsa; pero es porque sólo hace “corta y pega”, no porque sea blanco.

(Entrevista al completo en Esquire papel)

entrevista de Rodrigo Varona;


viernes, 19 de febrero de 2010

Fuentetaja, para leer y comer


Hoy en día arrasan los espacios multifuncionales, así que no extraña que la renovación de la mítica librería Fuentetaja (c/ San Bernardo, 35) se haya subido al carro. Un espacio diáfano en pleno centro de Madrid que mezcla la mejor literatura con los placeres de la buena mesa. Así, en el bistró-cafetería Max Estrella se puede disfrutar tanto de un café –mientras lees un best seller o planificas tus vacaciones (esos libros están para algo)– como de su cocina tradicional a buenos precios a cargo de los fiables responsables de Alboroque o Casa María (por Rodrigo Varona; fotografía, Diego Martínez).

miércoles, 17 de febrero de 2010

Leona Lewis toca hoy en Madrid


Por primera vez en España, la cantante británica actúa esta noche en Madrid en un concierto privado "sólo para sus ojos" con motivo de la fiesta de presentación de Harper's Bazaar, la revista femenina más sofisticada del kiosco (y publicación hermana de Esquire).
Después del sarao de Tom Ford, volveremos a ponernos pinceles para celebrar este lanzamiento. Por cierto, la revista estará en la calle este mismo viernes.

viernes, 12 de febrero de 2010

Tom Ford y Esquire


El pasado miércoles tuvimos la oportunidad de conocer y saludar en persona al diseñador (y ahora director de cine) Tom Ford, sin duda, uno de los más influyentes del planeta moda. Tom acudió a Madrid para presentar su película "Un hombre soltero" (su protagonista, Colin Firth, está nominado al Oscar) y luego acudió a la fiesta privada que organizó Esquire en un conocido restaurante de la capital. En el próximo número, podréis ver un amplio reportaje fotográfico de este evento, uno de los acontecimientos del año. En la imagen de arriba, Tom Ford posa junto a Andrés Rodríguez, editor de Esquire. El diseñador se mostró mucho más cercano y accesible de lo que muchos pensábamos y demostró su estilo impecable a la hora de lucir traje. Un gentleman de arriba abajo.

martes, 9 de febrero de 2010

David Villa y Esquire


Uno de nuestros amigos del grupo de Facebook nos ha mandado esta curiosa foto. El futbolista David Villa, saliendo de un entrenamiento, con el último número de Esquire en la mano. ¡Qué bien que se ven las gafas de Elvis incluso a esta distancia!

viernes, 5 de febrero de 2010

¿Y yo dónde coño he aparcado?


Recuerdo uno de los famosos inventos del profesor Franz de Copenhague del TBEO; un complicadísimo tubo aplicado al techo del coche que servía para encontrar el automóvil cuando uno no se acordaba de dónde demonios lo había aparcado. Hoy los tiempos han cambiado y basta con este cómodo llavero con GPS para que uno (quizá algo aturdido por los copazos) encuentre el camino de vuelta a casa o (algo aturdido por el peso de las bolsas) consiga diferenciar su coche entre los doscientos iguales del párking del Ikea. Lo puedes encontrar en la tienda de regalos por Internet planetapluton.com por 99 euros. No te pierdas.

miércoles, 3 de febrero de 2010

David Monteagudo y "Fin"


La primera novela de este (hasta ahora) desconocido autor está siendo una de las revelaciones de la temporada. Aquí os dejamos la crítica del libro que publicamos este mes en "Esquire":
El témino anglosajón "sleeper" ha pasado a designar en el mundo del cine a aquellas películas de bajo presupuesto y actores poco conocidos que, gracias al boca oreja, se convierten en éxitos de crítica y público. Transportado al mundo de la literatura, podemos afirmar que "Fin" (Acantilado), primera obra publicada de David Monteagudo, tiene absoluta vocación de sleeper. Una obra tan extraña y diferente como la biografía de su autor. Gallego de nacimiento, aunque afincado en Cataluña, Monteagudo trabaja como operario en una fábrica de cartones del Penedés. Ajeno a cualquier cenáculo literario, no empezó a escribir hasta los cuarenta años (ahora tiene 47) y, aunque asegura que tiene diversas novelas guardadas en un cajón, ésta es la primera vez que ve su obra publicada. Ha sido, además, Acantilado, editorial de prestigio, quien ha confiado en su propuesta, un label de calidad que quizá haya empujado a crítica y prensa a leer y promocionar un título tan especial entre la avalancha de novedades.
"Fin" comienza de manera algo tópica: un grupo de amigos de la adolescencia, que no se ven desde hace décadas, deciden pasar un fin de semana en el mismo refugio de montaña donde solían celebrar sus fiestas de juventud. El tiempo ha agriado el carácter de casi todos y pronto comienzan a surgir trapos sucios del pasado dentro de un marco característico de nostalgia generacional e ilusiones perdidas. Sin embargo, de modo inopinado, la novela pega un giro descomunal, tan desconcertante como intrigante. Todos los aparatos electrónicos dejan de funcionar, ningún ser humano da señales de vida y algunos de los protagonistas de la historia comienzan a desaparecer de forma misteriosa. Nadie se atreve a decirlo, pero una inquietante pregunta flota en el ambiente: “¿Y si fuéramos nosotros los últimos supervivientes del fin del mundo?”. Muchas son las referencias literarias que se agolpan en el subconsciente: desde los paisajes apocalípticos de J. G. Ballard a los mundos virtuales de Philip K. Dick, o el costumbrismo fantástico de Bioy Casares. ¿Lo mejor? Un desasosegante ritmo que atrapa. ¿Lo menos bueno? Algunos clichés y un final no muy redondo que no convencerá a todos. En cualquier caso, un libro bastante por encima de la media. Muy recomendable. (por Daniel Entrialgo)