No soy un ogro, soy Chabal

No sólo vive de fútbol el hombre. En países como Inglaterra, Francia, Irlanda o Australia, el noble deporte del rugby se considera casi como una religión. Entre sus feligreses, un profeta de luengas barbas y hechuras de armario empotrado, el francés Sébastien Chabal, se ha convertido en algo así como el Cristiano Ronaldo del balón ovalado. En el último número de Esquire, Fermín de la Calle, uno de los grandes conocedores de este deporte, firma un sensacional reportaje sobre este Atila de nariz de Depardieu, melena de Panoramix y carisma de Zidane; un paquete de músculos contra el que no te gustaría chocar (y si no, mira el vídeo de abajo). Lectura muy recomendable.