jueves, 18 de marzo de 2010

Los 10 peores "vecinos" de asiento


La web especializada en viajes Nileguide ha publicado una curiosa y divertida lista con los "Diez peores tipos de pasajeros que uno puede encontrarse en el asiento de al lado". Aquí podéis leer el post entero (en inglés), pero os hacemos un breve resumen a continuación:

1. El que no parar de dormir: parece ideal, pero cada vez que quieres ir al baño bloquea el pasillo y te da apuro molestarle. Algunos roncan, hablan en sueños o incluso se duermen en tu hombro.
2. El "brasas": aunque le pongas cara de póker, te contará su vida, sus operaciones, por qué su jefe le odia... un auténtico plomo.
3. El inquieto: no puede parar quieto un segundo. Ojea la revista unos segundos y la deja en su sitio, se revuelve, abre y cierra la bandeja compulsivamente...
4. El "ligón": un pasajero incordio que casi nunca nos toca a los hombres, pero que puede hacerle el viaje insoportable a tu novia.
5. El "tertuliano": sin venir a cuento, empieza a masacrar al PP o a Zapatero, que si la crisis patatín, que si la juventud patatán...
6. El "agonías del tabaco": durante la hora y media que dura el vuelo te hablará de cómo necesita fumarse un cigarrillo, que no entiende por qué no puede encenderse uno en el baño, que antiguamente él se fumaba cartones en un La Coruña-Málaga...
7. El "poco aseado": espacios cerrados, asientos contiguos y olor corporal penetrante... mala combinación.
8. Los "tortolitos": si te ha tocado el asiento C y en el A y el B va una pareja acaramelada haciendo carantoñas y diciéndose "cari, cari, hazme caso...". Acabas con ganas de estrangularlos
9. El monstruo de la flema: pocos sonidos son más desagradables. Todo el viaje sorbiendo, tosiendo y volviendo a sorber.
10. El devorador de espacio: el de delante inclina el asiento hasta tus rodillas y el de al lado comienza a invadir tu apoya-brazos. Acabas como Bosnia en la Guerra de los Balcanes.
(por Daniel Entrialgo)

1 comentario:

  1. Genial. Faltaría una nueva versión para pasajeros del AVE donde incluiría compartir asiento con un fotógrafo de desnudos femeninos y su portátil; y claro está la conversación subsiguiente con el cliente; vía telefónica; mientras repasa un centenar de fotos artísticas.

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