Ni desgloses ni descripción de lo comido o bebido ni suma ninguna. Así de directas son las cuentas en algunas viejas tascas de La Rioja. Te cantan los platos y tú vas eligiendo: espárragos de Lodosa, ensalada mixta y langostinos para compartir; de segundo, chuletitas de cordero al sarmiento. Pan, cerveza, vino y cafés. "¡La cuenta, por favor!". Llega la bandeja con un papelito escrito a boli: "M-3" (supongo que mesa 3) y "34#" (es decir, 34 euros). Menudos fenómenos; como para guardarte la factura e intentar luego desgravar el IVA.
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