Me han enviado flores. Rosas amarillas. Y eso que es pleno otoño. Me las manda Au nom de la rose, floristería parisina especializada en rosas que acaba de abrir sucursal en Madrid (Bravo Murillo, 11). Son artesanos de la decoración floral de tradición gala, nación experta en estas lides.
En estos tiempos que corren, siempre es agradable ver que se siguen abriendo nuevos negocios y más si se dedican a algo tan inspirador como las flores. Así que, desde Esquire, os deseamos lo mejor.
Las he puesto en agua y las he decorado con varios objetos que se me han venido a la mente:
Por ejemplo, la novela El nombre de la rosa, de Umberto Eco, un viejo vinilo de Gilbert Bécaud con el temazo L'important c'est la rose y el cartel de La chica de rosa, el clásico de John Hughes de los años ochenta (inolvidable banda sonora de Psychedelic Furs).
Para que luego digan que a los tíos no nos va el rosa (foto: D. Entrialgo)
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