Hace justo 25 años, en abril en 1986, el tiempo se detuvo en Pripyat, ciudad de Ucrania situada a escasos kilómetros de la centra nuclear de Chernóbil. La explosión del reactor nº 4 obligo a todos los habitantes de este lugar a abandonar sus casas precipitadamente. Desde entonces, Pripyat permanece desierta, rodeada por un cerco militar de seguridad e impregnada de radioactividad, tal y como la abandonaron sus habitantes.
En Esquire, le hemos pedido a Santiago Camacho, uno de los pocos periodistas españoles que ha estado allí, que nos cuente su experiencia. Un relato alucinante que puedes leer este mes en nuestra revista y que adquiere un nuevo tinte tras la catástrofe de Japón.
Aquí os dejo algunas imágenes de esta ciudad fantasma para que comprobéis la atmósfera única que envuelve este lugar:
1. La naturaleza se abre paso entre el cemento.
2. El parque de atracciones, abandonado, con la noria al fondo.
3. Helicópteros y tanques militares abandonados a las afueras del cuartel de Pripyat.
Impresionante, los seres humanos no hacemos mas que destruir nuestro entorno. Sirva de ejmplo para todos, esto.
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